Con estas palabras resumía el Director de Comunicaciones del Corte Inglés, Víctor Hernández, su intervención en «Castilla La Mancha ON», donde el tema principal ha sido la lucha por la integración laboral de las mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género. COCEMFE TOLEDO ha querido participar en estas Jornadas continuando con la defensa de cuatro pilares básicos en la intervención de la Federación, a saber: discapacidad, mujer, violencia y defensa de lo rural.

Según la «Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019», la prevalencia de la violencia en la pareja a lo largo de la vida entre las mujeres con discapacidad acreditada es mayor que entre las mujeres sin discapacidad acreditada en todos los casos. Así, el 20,7% de las mujeres con discapacidad acreditada ha sufrido violencia física o sexual de alguna pareja frente al 13,8% de las mujeres sin discapacidad acreditada. El 40,4% de las mujeres con discapacidad acreditada ha sufrido algún tipo de violencia en la pareja frente al 31,9% de las mujeres sin discapacidad acreditada (20,9% vs. 14,4% en el caso de la violencia ejercida por la pareja actual, y 52,2% vs. 42,9% en el caso de la violencia ejercida por parejas pasadas). A estos datos hay que sumar que la tasa de actividad del 34.6%, se sitúa 42 puntos por debajo de las mujeres sin discapacidad, el paro del 22.7% es 7 puntos superior y además los sueldos oscilan en torno a 3.000 euros anuales menos que los de personas sin discapacidad acreditada.

Cuando se analiza de forma global a las mujeres que han denunciado, buscado ayuda formal o hablado de la violencia con personas del entorno, se observa que cuanto mayor es el tamaño del municipio de residencia mayor es el porcentaje de mujeres que han verbalizado la violencia sufrida de sus parejas o exparejas a través de alguna de estas tres opciones (66,9% de las que viven en municipios de hasta 2.000 habitantes, 78,5% de quienes viven en municipios de entre 2.001 y 10.000 habitantes, y 83,3% de las mujeres que viven en municipios de más de 10.000 habitantes). Las diferencias surgen principalmente por lo que sucede en el caso de la violencia de la pareja actual ya que las mujeres que viven en municipios de hasta 2.000 habitantes han denunciado o buscado ayuda formal o informal a raíz de la violencia de su pareja actual en menor medida (32,1%) que las mujeres que viven en municipios de entre 2.001 y 10.000habitantes (61,3%), o en municipios de más de 10.000 habitantes (64,4%). Lo que pone de manifiesto una vez más la mayor vulnerabilidad de las residentes de zonas más despobladas y alejadas de los servicios de grandes núcleos urbanos.

La cuestión entonces es: ¿Cómo mejorar esta situación? Los asistentes a la mesa de ponencias coincidían en tres grandes puntos: empoderar a las mujeres, sensibilizar a los hombres, y mejorar la formación de los profesionales implicados. Nosotros queremos incidir en la importancia de:

  • Actuar con la mujer, no para las mujeres, adaptando el proyecto al tipo de discapacidad.
  • Comprometerse en la firma de Convenios y el trabajo en red de los principales agentes implicados.
  • Mayor naturalización la plantilla, logrando porcentajes de inclusión que reflejen la realidad de nuestra sociedad plural.
  • Lucha contra el estigma interiorizado y participación de las afectadas en foros para que den su testimonio.
  • Generar Programas de mentoring para puestos directivos.
  • Fomentar la activación en detrimento de la sobreprotección familiar, potenciar la inserción laboral y proporcionar empleo de calidad. en definitiva, dotarlas de mayor libertad.

Desde aquí queremos felicitar a las tres invitadas que narraron su propia historia de vital, con valentía y entereza, defendiendo que una nueva realidad es posible y transmitiendo su motivación e ilusión a otras personas en situaciones análogas. Una vez más, la visibilización es el primer paso hacia el cambio.